El 2 de diciembre de 2007 sabia que no seria un día común y corriente para mí. Amaneció un día hermoso, como si Dios fuera hincha de Lanús  y sabría lo que sucedería, luego de tantos años, de historia, sufrimientos, alegrías y tristezas, este podría ser el día más glorioso en la historia de la institución.
A pesar de nacer en una familia bostera, me di el gusto de haber elegido los colores mas lindos del mundo, el granate y blanco.
El camino a la cancha comenzó bien temprano, con miedo (mi amigos me decían que nunca en la vida podría ver a Lanús Campeón), ansiedad, nervios. Caminando hasta una parrilla de Lanús Oeste desde donde partiría nuestro camino a la ilusión, y ojala (pensaba), a la gloria.
Antes de llegar a la cancha de Boca, miles de turistas sacaban fotos a unos locos que brindaban una gran fiesta en una caravana interminable de micros, autos motos, co nuestros colores, sin imaginar lo cerca que estaba club, de obtener la estrella mas importante en la vida de la institución. Llegamos a destino, y en medio de la locura por poder entrar a la cancha y no perdernos ese día glorioso comenzó el descontrol, la gente tiraba las vallar y superó cualquier control policial que había en el lugar, todos corriendo como locos.
En el primer tiempo ganábamos 1 a 0 con el gol del Pepe Sand. Con el empate de Palermo en el segundo tiempo, trajo algo de tensión entre los que escuchábamos a gente que decía que Tigre ganaba, otras que perdía,  y así se nos escaparía el titulo (si ganaba Tigre jugaríamos un desempate). Finalmente Tigre perdió con Argentinos Juniors y Lanús estaba a dos minutos de ser Campeón, a las 19:02 sonó el silbato de árbitro, marcando el día más importante del Granate, tocábamos el cielo con las manos. “ Éramos Campeones”!!! Todos lloraban, se abrazaban, aun sin conocerse, no lo podíamos creer, alzar nuestro primer titulo nacional.
A la salida encontrar a mas amigos y unirse en u abrazo interminable, eterno, inolvidable, gente que conocíamos de tristezas, viajes al interior, quedarse en medio de la ruta, pasar días de frió, lluvias, enfermarse, todo sea por Lanús, por esos colores que como dice la canción…. Son la alegría de mi corazón….
No quedaba mas que ir al obelisco y luego a la cancha a festejar con toda la gente que nos esperaba y nos tocaba como si viniéramos triunfantes de una guerra, diciendo “estuviste ahí”… Sí, algunos de los tantos Granates que hemos tenido la suerte de ir, y por suerte esta guerra la ganamos.

 Darío Gomez.